jueves, 24 de enero de 2013

¡Continuación de la bella historia de Antis, un perro fiel y valiente!
Jan dedicaba los ratos libres para amaestrar a Antis. Él le correspondía con gran inteligencia y afectuosa obediencia. Pronto aprendió a cumplir las órdenes del amo; cerraba las puertas si así se lo mandaba y nunca dejaba de llevarle los guantes cando se vestía el uniforme para salir.
Antis, nuestro fiel amigo, crecería a un costado de la pista entre pilotos, mecánicos y aeronaves: saltaba de júbilo cuando veía regresar a su amo Jan en un Potez 63 y luego se aterrorizaba cuando escuchaba acercarse a los Ju.88 o a los Stuka. Ya en aquella edad tan temprana el cachorro podía relacionar el zumbido de un avión al aproximarse con el devastador estruendo de las explosiones.
 Sin embargo, poco a poco comenzó a diferenciar el sonido producido por aparatos amigos y enemigos, y aún más: con el tiempo pudo distinguir, entre aeronaves de la misma clase, con aquella en la que volaba su amo.
En la base aérea de Honington, no eran infrecuentes los ataques a baja altura de los alemanes. Los aparatos llegaban a toda velocidad o emergían súbitamente de las nubes, descargando sus bombas y desapareciendo en instantes sin que mediara una señal de alerta.
Una noche, mientras estudiaba metido en la cama, Antis despertó bruscamente y trotó hacia la ventana con las orejas levantadas. Aunque todo estaba en silencia y apenas se oía el siseo de la lluvia, el perro comenzó a gruñir; se le erizaron los pelos del cuello; se dirigió a la puerta y allí se estuvo escuchado atentamente.
No seas bobo- le dijo Jan- Nadie anda por allá afuera con este tiempo. Vamos, échate otra vez.
Antis seguía aullando entre dientes, mas viendo que su amo no tenía intención de moverse, amusgó las orejas y se hecho de mala gana. Al amanecer Jan se enteraría que un avión enemigo había sobrevolado.
En reiteradas ocasiones, había dado alerta de que aviones enemigos se acercaban y ellos pudieron ponerse a salvo.
 En aquellas circunstancias Antis ganó fama y popularidad cuando detectaba la aproximación de los aviones atacantes minutos antes de que cayeran sobre la base. El perro de pronto se encontraba excitado, ladraba y miraba alternativamente al cielo y a los mecánicos y pilotos con los que estaba reunido: los hombres no tardaron mucho en aprender que ante aquellos gestos debían correr a las posiciones defensivas.
Continuaremos con las aventuras de Antis un perro inteligente, fiel y valiente, cualidades que Dios ha dado a estos bellos animalitos. Dios les bendiga