sábado, 26 de enero de 2013

¡NO ENSUCIES LAS VESTIDURAS QUE CRISTO COMPRO CON SU SANGRE!


¡El tiempo se acaba, preparémonos iglesia de Jesucristo!
Este fragmento que van a leer ¡es terrible! pero es preciso para que todo vuestro ser se afirme en los caminos del Señor.
Nuestro amado Jesús, ha llevado a muchas personas a conocer el cielo y el infierno, dos lugares reales, a donde van por segundos cada día miles y miles de personas. La gran mayoría no se da cuenta de la gran necesidad de una real consagración a Dios, pues lo que él hizo por nosotros ¡ES GRANDE Y MARAVILLOSO!  Adao Campos luego de morir en un hospital, vio su cuerpo, a los doctores que luchaban por su vida, en esas circunstancias vió la gloria de Dios, a Jesús que brillaba y lo llamaba, así el fue llevado a conocer el infierno, allí pudo observar esta escena terrible, dolorosa:“Yo vi multitudes de personas con vestiduras blancas pero manchadas, ellos estaban en una explanada en el infierno, había un tremendo demonio que se burlaba y ellos no querían dar crédito de que estaban en ese lugar, este demonio los aventaba al abismo y ellos trataban de luchar de resistirse y caían de costados de espalda al abismo. Yo le pregunte por ellos al Señor Jesús, el me respondió:
Son aquellos que mancharon las vestiduras que yo lave con mi sangre, son aquellos que decían un poquito no hace daño y ensuciaron sus vestiduras.
Cuando subíamos al cielo yo pude ver otro grupo con vestiduras blancas manchadas que descendía, al preguntarle a Jesús, el me dijo: Todos los que se entregaron a mí suben para ver si su nombre está en el Libro de la Vida”
Ese grupo, sus nombres no estaban en el libro de la vida.
Es lo que vio Adao Campos, predicador de la palabra de Dios en Brasil, cuando fue llevado a conocer el infierno y el cielo por el Señor Jesús, (él murió  tras sufrir un infarto fulminante, médicos constataron su deceso, al tercer día resucito con un trasplante perfecto de corazón y tres venas coronarias, el está vivo y predicando la palabra de Dios)  cuando su espíritu salió de su cuerpo, él pudo observar la gloria de Dios, que se paseaba por en medio de los doctores y ellos no se daban cuenta, era el Señor Jesús, por donde pasaba dejaba un halo de gloria.
Así Adao Campos salió del hospital con el Señor Jesús, él pudo ver que dos ángeles descendían portando una bandeja de plata con bisturís de oro, hacía donde estaba su cuerpo, luego después ellos se encargarían de operar su cuerpo” (continuaremos publicando el testimonio del hermano Adao Campos).
¡Dios les bendiga!

jueves, 24 de enero de 2013

¡Continuación de la bella historia de Antis, un perro fiel y valiente!
Jan dedicaba los ratos libres para amaestrar a Antis. Él le correspondía con gran inteligencia y afectuosa obediencia. Pronto aprendió a cumplir las órdenes del amo; cerraba las puertas si así se lo mandaba y nunca dejaba de llevarle los guantes cando se vestía el uniforme para salir.
Antis, nuestro fiel amigo, crecería a un costado de la pista entre pilotos, mecánicos y aeronaves: saltaba de júbilo cuando veía regresar a su amo Jan en un Potez 63 y luego se aterrorizaba cuando escuchaba acercarse a los Ju.88 o a los Stuka. Ya en aquella edad tan temprana el cachorro podía relacionar el zumbido de un avión al aproximarse con el devastador estruendo de las explosiones.
 Sin embargo, poco a poco comenzó a diferenciar el sonido producido por aparatos amigos y enemigos, y aún más: con el tiempo pudo distinguir, entre aeronaves de la misma clase, con aquella en la que volaba su amo.
En la base aérea de Honington, no eran infrecuentes los ataques a baja altura de los alemanes. Los aparatos llegaban a toda velocidad o emergían súbitamente de las nubes, descargando sus bombas y desapareciendo en instantes sin que mediara una señal de alerta.
Una noche, mientras estudiaba metido en la cama, Antis despertó bruscamente y trotó hacia la ventana con las orejas levantadas. Aunque todo estaba en silencia y apenas se oía el siseo de la lluvia, el perro comenzó a gruñir; se le erizaron los pelos del cuello; se dirigió a la puerta y allí se estuvo escuchado atentamente.
No seas bobo- le dijo Jan- Nadie anda por allá afuera con este tiempo. Vamos, échate otra vez.
Antis seguía aullando entre dientes, mas viendo que su amo no tenía intención de moverse, amusgó las orejas y se hecho de mala gana. Al amanecer Jan se enteraría que un avión enemigo había sobrevolado.
En reiteradas ocasiones, había dado alerta de que aviones enemigos se acercaban y ellos pudieron ponerse a salvo.
 En aquellas circunstancias Antis ganó fama y popularidad cuando detectaba la aproximación de los aviones atacantes minutos antes de que cayeran sobre la base. El perro de pronto se encontraba excitado, ladraba y miraba alternativamente al cielo y a los mecánicos y pilotos con los que estaba reunido: los hombres no tardaron mucho en aprender que ante aquellos gestos debían correr a las posiciones defensivas.
Continuaremos con las aventuras de Antis un perro inteligente, fiel y valiente, cualidades que Dios ha dado a estos bellos animalitos. Dios les bendiga