¡El tiempo se acaba, preparémonos iglesia de Jesucristo!
Este fragmento que van a
leer ¡es terrible! pero es preciso para que todo vuestro ser se afirme en los
caminos del Señor.
Nuestro amado Jesús, ha
llevado a muchas personas a conocer el cielo y el infierno, dos lugares reales,
a donde van por segundos cada día miles y miles de personas. La gran mayoría no
se da cuenta de la gran necesidad de una real consagración a Dios, pues lo
que él hizo por nosotros ¡ES GRANDE Y MARAVILLOSO! Adao Campos luego de morir en un hospital, vio su cuerpo, a los doctores que luchaban por su vida, en esas circunstancias vió la gloria de Dios, a Jesús que brillaba y lo llamaba, así el fue llevado a conocer el infierno, allí pudo observar esta escena terrible, dolorosa:“Yo vi multitudes de personas con vestiduras blancas
pero manchadas, ellos estaban en una explanada en el infierno, había un tremendo demonio que
se burlaba y ellos no querían dar crédito de que estaban en ese lugar, este
demonio los aventaba al abismo y ellos trataban de luchar de resistirse y caían
de costados de espalda al abismo. Yo le pregunte por ellos al Señor Jesús, el
me respondió:
Son
aquellos que mancharon las vestiduras que yo lave con mi sangre, son aquellos
que decían un poquito no hace daño y ensuciaron sus vestiduras.
Cuando
subíamos al cielo yo pude ver otro grupo con vestiduras blancas manchadas que descendía,
al preguntarle a Jesús, el me dijo: Todos los que se entregaron a mí suben para
ver si su nombre está en el Libro de la Vida”
Ese grupo, sus nombres no estaban en el libro de
la vida.
Es lo que vio Adao Campos, predicador de la
palabra de Dios en Brasil, cuando fue llevado a conocer el infierno y el cielo por
el Señor Jesús, (él murió tras sufrir un infarto
fulminante, médicos constataron su deceso, al tercer día resucito con un trasplante
perfecto de corazón y tres venas coronarias, el está vivo y predicando la
palabra de Dios) cuando su espíritu salió de su
cuerpo, él pudo observar la gloria de Dios, que se paseaba por en medio de los
doctores y ellos no se daban cuenta, era el Señor Jesús, por donde pasaba
dejaba un halo de gloria.
Así Adao Campos salió del hospital con el Señor Jesús, él pudo ver que
dos ángeles descendían portando una bandeja de plata con bisturís de oro, hacía
donde estaba su cuerpo, luego después ellos se encargarían de operar su cuerpo”
(continuaremos publicando el testimonio del hermano Adao Campos).
¡Dios les bendiga!